sábado, 23 de febrero de 2013

Cosas

¿Por qué hacen que los niños pequeños llamen a las profesoras “señorita”? En mi colegio, estoy bastante segura de que la mayoría de ellas estaban casadas. Y desde luego, tenían la edad suficiente como para dirigirte a ellas de “señora”. ¿Acaso tenían idea de la confusión que podía causar esta norma en nuestras mentes infantiles? De pequeña estaba convencida de que “señorita” era su profesión. En mis primeros años de colegio, Henar era LA señorita. Y nadie nunca dijo nada para aclarar esta confusión.
Aunque de pequeña daba por sentado muchas cosas, como que el caldo para el arroz tenía que removerse con una cuchara vieja de madera, y no podía servirse hasta que yo le diera el aprobado. Y no importaba lo que dijera mi hermano, el mejor cuento antes de irse a dormir era aquel en el que un padre, a cambio de un campo de manzanos, vende a su hija al diablo, quien le robaba las partes del cuerpo que se mojaban con sus lágrimas cuando lloraba. Sin embargo, la peor pesadilla que podía tener era una en la que veía a alguien leyendo el periódico, y cuando lo bajaba para mirarme, descubría que era un esqueleto. También estaba convencida de que cuando jugaba con los bichos-bola estaba haciendo su vida mucho más interesante; y que mis padres no hablaban de ello, pero había un monstruo en nuestro sótano.

"A good laugh and a long sleep are the best cures in the doctor's book" - Irish proverb